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¿Heces humanas sanan mejor que un antibiótico?

Es difícil creer que el excremento humano pueda servir para curar enfermedades más efectivamente que los antibióticos, según un estudio de la Clínica Mayo. 
21 Oct 2014 – 06:04 PM EDT
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Es difícil creer que el excremento humano pueda servir para curar enfermedades de manera incluso más efectiva que los antibióticos, pero según un estudio de la Clínica Mayo, los “trasplantes fecales” podrían convertirse en el tratamiento del futuro para un padecimiento gastrointestinal que afecta a medio millón de personas en Estados Unidos.  

Y es que algunas enfermedades gastrointestinales provocan gran deterioro en la salud de las personas que pueden llevar a una persona a la muerte.

Muchas de estas patologías tienen su origen en una alteración del microbioma humano o en la flora intestinal que pueden causar y ser responsable de otros males, como la obesidad, la diabetes, la aterosclerosis, el síndrome de fatiga crónica e incluso de problemas neurológicos como la esclerosis múltiple.

Uno de los problemas intestinales más difíciles de erradicar es la infección causada por la bacteria Clostridium difficile, y es precisamente esta condición que tiene una mayor esperanza de cura a través de un trasplante fecal.

“El concepto es insertar heces de una persona sana en una persona enferma, para curar una determinada enfermedad. La meta es reconstituir la homeostasis microbiana normal del intestino y romper el ciclo de agentes antibióticos que alteran el microbioma,” explica la Doctora  María Vázquez Roque, MD, profesora asistente en gastroenterología y hepatología de la Clínica Mayo.

La doctora experta en este tema asegura que no se trata de algo nuevo.

“Ya en el Siglo IV, en China, el médico Ge Hong describió soluciones fecales para el tratamiento de la intoxicación alimentaria y la diarrea severa; y en la dinastía Ming, del siglo 16, Li Shi Zhen utilizó solución fecal "a la que denominó “sopa amarilla” ", para el tratamiento de las enfermedades abdominales con diarrea severa, fiebre, dolor y vómitos,” agrega Vázquez.

Aunque usualmente esta enfermedad se ha tratado con antibióticos, estudios recientes han comprobado que el “trasplante fecal” ha tenido resultados sorprendentes en los pacientes.

El estudio se hizo con 43 pacientes que tenían la bacteria Clostridium difficile. Se les dividió en tres grupos. Al primero se le istró el antibiótico Vancomicina; al segundo se le trató con Vancomicina y un lavado intestinal; y al tercero se le hizo un trasplante de microbiota fecal.  Del grupo que sólo recibió el antibiótico, un 30,8% registró cura sin recaída. El grupo al que se le agregó un lavado de intestinos reflejó sólo un 23,1% de cura sin recurrencia. En cambio, el 93,8% de los pacientes que recibieron el trasplante lograron mejorarse y no registraron recaída tras seguimiento.

Aunque parece “asqueroso” y hasta engorroso, los expertos aseguran que no es tan invasivo como muchos se imaginan.

“En un recipiente, se recoge una muestra fresca de heces del donante a temperatura ambiente, seis horas antes del inicio del trasplante. Esta se procesa en la unidad de endoscopía para su procesamiento. El paciente se prepara como para cualquier otra colonoscopía. A través del ano se introduce el colonoscopio que permite colocar el material fecal en el íleon terminal y en el ciego. Al paciente se le hace un seguimiento telefónico después de 1, 3 y 6 meses,” explica la doctora de la Clínica Mayo el procedimiento.

Esta enfermedad se detecta por la presencia de diarrea, a la que puede sumarse dolor abdominal y fiebre. En 2010, la incidencia anual de Clostridium difficile se estimó en 500.000 casos, con una mortalidad de 15.000 a 20.000 personas.

Ahora se están haciendo estudios para aplicar este trasplante en otras enfermedades asociadas con alteraciones intestinales.

¿Usted lo consideraría? 

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