Muere poderoso líder del ejército iraní en un bombardeo estadounidense en Irak ordenado por Trump
El brazo derecho del guía supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, Qassem Soleimani, quien también era el hombre más poderoso dentro de la estructura militar de ese país, murió en la madrugada de este viernes (hora local) junto a otras siete personas en un bombardeo estadounidense a un convoy que se encontraba en las inmediaciones del aeropuerto de Bagdad, según confirmó el Pentágono.
El secretario de Defensa, Mark Esper, confimó que el Pentágono lanzó la operación aérea que acabó con la vida del comandante Soleimani porque estaba desarrollando "planes activos" para atacar a las tropas y diplomáticos estadounidenses.
En un comunicado el Pentágono señaló que la muerte de Soleimani, líder del cuerpo de élite Quds, de la Guardia Islámica Revolucionaria, designado como una organización terrorista, se trataba de una "acción defensiva" para proteger al personal de Estados Unidos en el extranjero.
Varios medios estadounidenses, citando a oficiales del Pentágono, afirman que el presidente Donald Trump autorizó la operación que acabó con la vida del importante líder militar iraní.
Por el momento Trump no se ha pronunciado, pero poco antes de que el Pentágono confirmara que EEUU había llevado a cabo el ataque aéreo, el mandatario publicó una bandera estadounidense en la red social Twitter.
Estas muertes suponen un punto crítico para Oriente Medio y se prevé que provocarán represalias severas contra los intereses estadounidenses en la región por parte de Irán y las fuerzas a las que apoya.
El Pentágono advierte que si continúan ataques contra intereses de Estados Unidos, Irán lo "lamentará" y ha ordenado a su personal diplomático en Irak a irse "en avión mientras sea posible", ya que el bombardeo tuvo lugar en el aeropuerto de Bagdad, o "hacia otros países por vía terrestre".
El hecho tiene lugar en el marco de una creciente tensión entre Irán y Estados Unidos en Irak y podría contribuir a una mayor espiralización del conflicto.
El pasado martes, miles de milicianos del Hezbollah iraquí atacaron la embajada estadounidense en Bagdad, rompiendo su muro exterior al grito de “¡Muerte a Estados Unidos!”. El presidente Donald Trump acusó al régimen de Irán de estar detrás del ataque a la legación diplomática.
Dos días antes, Estados Unidos había bombardeado bases de combatientes proiraníes en retaliación por un ataque con misiles que causó la muerte de un contratista del ejército de ese país y dejó múltiples heridos. os misiles impactaron en las inmediaciones del aeropuerto internacional.
Como consecuencia del ataque del martes, el secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, indicó que había “indicios de que se podrían estar planeando ataques adicionales”, y advirtió que Washington no descartaba "acciones preventivas”.
El ataque a la embajada que terminó el miércoles provocó que el presidente Donald Trump ordenara el despliegue de unos 750 soldados estadounidenses en el Medio Oriente.
El ataque en la embajada siguió a los ataques aéreos de Estados Unidos el domingo que mataron a 25 combatientes de la milicia respaldada por Irán en Irak, el Kataeb Hezbollah.
El ejército de Estados Unidos dijo que los ataques fueron en represalia por el asesinato de un contratista estadounidense la semana pasada en un ataque con cohetes contra una base militar iraquí por la que Estados Unidos culpó a la milicia.