La historia de los narcocorridos, el Twiins Music Group y el movimiento alterado

¿Qué pasa cuando mezclas música de la Revolución Mexicana con opio, YouTube y un par de gemelos de Los Ángeles? Desempolvamos los orígenes de los narcocorridos contemporáneos.
El nacimiento de los corridos
Los corridos se originaron en la Revolución Mexicana. Entonces eran canciones populares con ritmos basados en la polka y el vals, interpretados con instrumentos característicos de la música norteña y de rancho, como la guitarra, el acordeón, las tarolas, el bajo sexto, el tololoche y el requinto. Las canciones contaban historias de valientes prófugos, pistoleros y caballos que pintaban a los generales como héroes míticos y relataban a detalle cada una de sus batallas. De ahí salieron los corridos villistas, dedicados a las hazañas de Pancho Villa. Un ejemplo es como ' Catarino y los rurales', que cuenta una batalla entre un solo hombre, llamado Catarino, en contra de cien rurales. Él a balazos y ellos a cañonazos. Catarino se curaba sus heridas de batalla con saliva.
El origen de los narcocorridos
Tras la Revolución, en la década de los 20, algunos inmigrantes chinos se dieron cuenta de que el suelo de Sinaloa era óptimo para el cultivo del opio y comenzaron a aparecer plantíos tanto de esta planta como de amapola. Eso no sólo marcó la ruta de la droga por territorio mexicano en tránsito hacia Estados Unidos, sino un nuevo tipo de historias en los corridos. En la década de los 30, el cultivo y la comercialización de sustancias ilegales y la violencia que desataron se convirtió en parte de la cotidianidad de la población sinaloense. Naturalmente, los músicos comenzaron a narrar estos sucesos.
Algunos de los primeros corridos sobre narcotráfico fueron ‘El Pablote’, de José Rosales, que se grabó en 1931 en El Paso, Texas y habla sobre Pablo González, un capo chihuahuense de principios del siglo XX. Por otro lado, ‘Por morfina y cocaína’, de Manuel Cuellar Valdéz y ‘El contrabandista’ de Juan Gaytán, ambos grabados en 1934 están escritos desde el punto de vista de un narcotraficante que cayó preso. Entonces los corridos implicaban que dedicarse al tráfico de drogas no conducía a nada bueno.
Los narcocorridos como los conocemos ahora
En los años 70, después de medio siglo de que el narcotráfico moldeara la cultura en Sinaloa, se empezaron a hacer los cocorridos que suenan ahora, que hablan de los capos como de manera aspiracional y de sus negocios ilegales como grandes hazañas de aventura. Un buen ejemplo es el mega éxito legendario ‘Contrabando y traición’, también conocido como ‘Camelia La Tejana’, escrita por Ángel González en 1972 y popularizada por Los Tigres del Norte en su álbum de 1973 con el mismo título. Este corrido cuenta la historia de desamor una pareja de narcotraficantes, Emilio Varela y Camelia La Tejana. Ambos transportan una carga de marihuana de Tijuana a Los Ángeles ocultas en las llantas de su automóvil. Tras cobrar el dinero por la entrega del cargamento, Emilio le confiesa a Camelia que planea reunirse con verdadero amor en San Francisco. Camelia, al sentirse traicionada, lo asesina. Este tipo de corridos, más enraizados en la cotidianidad de las personas, se hicieron populares con Los Tigres del Norte en los 70, Los Tucanes de Tijuana, en los 80, y Chalino Sánchez, en los 90.
Twiins Music Group
Una nueva ola de artistas salió a principios de los 00 bajo el sello de Twiins Music Group, fundado en 1997 por los gemelos Omar y Adolfo Valenzuela. Nacidos en Sinaloa y migrados al sur de California, los gemelos crecieron con su padre, un músico veterano de la escena local de Sinaloa que tocaba en la respetada Banda Tierra Blanca. De pronto las únicas tocadas disponibles eran las fiestas financiadas por los mafiosos de la droga, entre ellos Félix Gallardo y Caro Quintero. Adolfo cuenta en una entrevista para VICE que su padre muchas veces llegaba golpeado después de tres días de tocar en una misma fiesta. “Ellos no tenían derecho a opinar, tenían que permanecer ahí hasta que el capo quisiera”, dijo. Como él no quería que sus hijos fueran músicos y terminaran tocando en esas fiestas, los mandó a Estados Unidos cuando tenían 14 años para vivir con sus tíos en el barrio de Boyle Heights, al este de Los Ángeles.
Los Valenzuela pasaron de ser parte de la clase media en Culiacán a cholos en los projects de Los Ángeles que no hablaban inglés. Un profesor de música de la Roosvelt High School, donde estudiaban, notó su talento y les ayudó a conseguir trabajo tocando con Celia Cruz y Tito Puente. Sus carreras despegaron rápidamente. Omar ganó un premio de jazz, Adolfo fue invitado a una gira con una orquesta de salsa, y a ambos les ofrecieron becas de música en la Universidad del Sur de California y en la California State University en Northridge. A raíz de que tuvieron que sacar pasaportes y licencias de conducir falsos para poder asistir a la universidad, se dieron cuenta del peso cultural que tenía el tema de ser migrantes mexicanos en Estados Unidos, así que empezaron a dedicarse a la producción.
A sus 19 años produjeron discos para la Banda el Recodo, incluyendo Lo mejor de mi vida, de 1999. Las ventas registraron más de un millón de copias en Estados Unidos y con eso probaron que el mercado mexicoamericano era enorme y estable. A partir de ese momento trabajaron para dominarlo. La lógica con la que se basa su modelo económico asume que todo lo que pega en Estados Unidos se hace popular en México después, porque el mercado es mucho más grande.
La Narcocultura
La guerra contra el narcotráfico bajo el gobierno del presidente Felipe Calderón estalló en 2006, cuando el mandatario envió a 6,500 tropas federales para contener una creciente ola de violencia relacionada con las drogas en el sur del estado de Michoacán. Los cárteles activos en esos años empezaron a nombrarse en los medios y a operar de manera muy visible entre la gente. Los niveles de violencia se dispararon y la manera de contar estas historias cambió con ello. Los personajes de las nuevas narrativas eran los hermanos Beltrán Leyva, de Sinaloa, el Cártel de Jalisco Nueva Generación, La Familia Michoacana (que después se disolvió y se convirtió en los Caballeros Templarios), el Cártel del Golfo, el de Tijuana de los Arellano Félix, el de Juárez, el Cártel de Sinaloa (encabezado por Joaquín “El Chapo” Guzmán) y Los Zetas.
Esta nueva generación de capos necesitaba ser representada. La situación era muy distinta a la que vivieron los cárteles en los 80 y los 90, pues antes, las pandillas mexicanas sólo se encargaban de transportar las cargas de cocaína que venían de Colombia, pero con el paso del tiempo los acuerdos empezaron a ser más sólidos y pronto los cárteles de Sinaloa y el Golfo ganaron territorio en el negocio. La fuerza de los cárteles propició la popularización de los corridos y a consecuencia de ello, su prohibición. El poder y dominio de esta generación de capos provocó que el gobierno mexicano volcara toda su atención a la disolución de sus cárteles y diera paso al nacimiento de la narco-cultura.
El Movimiento Alterado
En la primavera de 2008 un primo de Omar Valenzuela le habló de un chico tímido de Culiacán que tenía 20 años y le ayudaba a vender ropa en los callejones del centro de LA. El chico era guapo, escribía corridos y quería entrar en la industria de la música. Omar accedió a reunirse con él. Esa noche, Alfredo Ríos lo esperaba afuera de su casa con una guitarra acústica maltratada. Se presentó y empezó a cantar una de sus canciones. A la mitad de la canción, Omar le dijo que se iba a aventar de solista y no lo dejó ir. Ese día, Alfredo Ríos 'El Komander' se convirtió en la estrella que Twiins Music Group necesitaba para colocarse como la disquera más representativa del movimiento alterado.
El movimiento alterado cobija a los artistas que componen los nuevos corridos que hablan sobre las atrocidades que la gente vive en estados como Guerrero, Sinaloa, Chihuahua, Tamaulipas y Baja California por la Guerra contra el narco. Los enfrentamientos entre el gobierno, los cárteles de narcotráfico y los movimientos civiles de autodefensas que se levantaron en estados como Michoacán después de que el gobierno no logró contener la violencia son la principal inspiración de las violentas y explícitas historias que cuentan estos nuevos corridos.
El nivel de detalle que implican sus letras, sumado a un intento del gobierno de imponerse ante la propagación de la narco-cultura, la prohibición de la transmisión del narcocorrido en la radio en México obligó a estos artistas a publicar sus videos en YouTube y promocionar sus canciones a través de redes sociales. Con ello, el alcance digital y la velocidad en la que se consumían los lanzamientos de la música alterada creció: corridos para nuevas generaciones a través de nuevos canales.
En 2010, Los BuKnas compusieron el himno del movimiento alterado, ‘Los Sanguinarios del M1’. Esta canción es muy representativa de esta nueva generación de artistas dedicados al narcocorrido y definió a la canción alterada como una expresión violentísima. “Con cuerno de chivo y bazooka en la nuca / Volando cabezas a quien se atravieza / Somos sanguinarios, locos bien ondeados / Nos gusta matar”, cantan los artistas firmados por Twiins Music Group en una versión que pasó a la historia como el ‘We Are The World’ del movimiento alterado.
Para los hermanos Valenzuela es importante que los artistas se desarrollen primero en Los Ángeles por lógica mercantil, pero también fue un fenómeno natural, pues el contenido de sus canciones estuvo prohibido en México hasta el 2013. Sus historias tienen un carácter fronterizo muy particular, pues el tráfico de drogas se enfrenta con los límites geográficos entre Estados Unidos y México que también impacta la vida personal de los productores e intérpretes que han migrado a Estados Unidos intentando alejarse de la violencia que derrama el tráfico de drogas en Culiacán.
Mientras se prohibían los corridos en México, la legalidad de los cantantes de corridos en Estados Unidos les permitió hacerse de premios y así consolidar a los artistas de Twiins. El Chapo de Sinaloa, por ejemplo, estuvo nominado a un Latin Grammy por su álbum Te va a gustar en 2007 y en 2010 por Con La Fuerza del Corrido. En 2008 ganó el premio a la canción del año con ‘La noche perfecta’ en los Premios Lo Nuestro y estuvo nominado a mejor artista masculino del año y mejor álbum de banda. Ese mismo año su sencillo ‘A ti sí puedo decirte’ ganó como mejor tema del año en la categoría de solista masculino en los Premios Billboard Latinos.
Hay tres tipos de canciones en el movimiento alterado. La canción arremangada es la que habla de cerveza, drogas y mujeres. El corrido es la canción tradicional que habla de algún personaje del narcotráfico. La canción enferma habla de descabezados y descuartizados. Todas estas son representaciones de una realidad que se vive en México, sobre todo en algunas entidades del norte del país. Culiacán es la misma tierra en la que se originó la producción de drogas ilegales en México, donde se fundaron los cárteles más poderosos de la historia del narco mexicano y donde se hizo una marcha por la libertad de Joaquín “El Chapo” Guzmán cuando lo encarcelaron en 2014. La narco-cultura es parte de la cultura y la identidad mexicana.
Muchos de los jóvenes compositores de corridos actuales crecieron escuchando gangsta rap. Saben la importancia de la música para contar sus historias y empoderar a su gente a través de una narrativa que cobija su identidad, que hoy se ve fragmentada por su condición de migrantes.